viernes, 28 de julio de 2017

La plaga de la mosca negra

Hablar de la mosca negra es hacerlo de algo más que un insecto molesto. Junto a las posibles enfermedades que puede transmitir, es principalmente lo doloroso de su mordedura lo que causa un notable grado de alarma entre la población. Y es que la mosca negra no pica, sino que muerde, y aunque los efectos de dicha mordedura tardan en percibirse, cuando llegan son demoledores: un dolor insoportable, reacciones alérgicas, inflamación…


La mosca negra suele multiplicarse en zonas con abundante vegetación, y una vez se instala en una zona y la coloniza, su eliminación se vuelve complicada. Que les pregunten si no a los ciudadanos de Cataluña y Aragón, que llevan desde 1997, año en que la mosca negra llegó a España, tratando de erradicarlas, sin demasiada fortuna hasta el momento.

Pero además de las molestias que produce su picadura, la invasión de la mosca negra tiene impacto incluso en aspectos económicos. La ganadería se ve afectada de manera significativa cuando la mosca negra se asienta en una zona, ya que los animales suelen ser presa de sus mordeduras, y en la agricultura, son varias las oportunidades en las que se ha tenido que suspender la recogida de la fruta al no poder soportar los jornaleros encargados de esa tarea, el ataque masivo de estos insectos.

En los últimos tiempos, el problema de la mosca negra ha adquirido particular gravedad en la zona de Zaragoza y la Cuenca del Ebro. Los casos de mordeduras se multiplican, y lo que es peor, la situación no ofrece señales de remitir, sino al contrario.

Hay una serie de tratamientos que se están llevando acabo para tratar de controlar esta plaga, aunque, a la vista está, sus resultados dejan mucho que desear.

La principal medida se centra en tratar de extinguir las larvas, tanto mediante el uso de larvicidas como con el empleo de bacterias que las ataquen. La retirada de algas, para evitar que la mosca negra tenga espacios propicios para depositar sus huevos, o la fumigación desde el aire, han sido otras de las medidas con las que se ha tratdo de combatir el problema.

Sin embargo, esta parece una guerra en la que la mosca negra va saliendo victoriosa. Al menos es lo que se desprende de las declaraciones de algunos expertos y organismos, que han hecho una llamada de atención, denunciando que la Dirección de Salud Pública del Gobierno de Aragón ha tirado la toalla, dejando de invertir en su control.